Título del ensayo: De la filosofía a los juegos de mesa
Tipo de ensayo: Ensayo autobiográfico
Largo: 457 palabras Tema: Juegos de mesa
En diferentes momentos de mi vida he logrado tener amistades muy valiosas. Durante el colegio, por ejemplo, entable relación con una niña que se convirtió en poco tiempo en mi mejor amiga, y que muchos años después pasó a transformarse en un noviazgo muy dulce y lleno de recuerdos inolvidables. No obstante, fue en la universidad donde encontré un círculo de amigos que aún conservo, y con los cuales me reúno frecuentemente para una velada de juegos de mesa y otras actividades similares.
Todo empezó en los primeros días del segundo ciclo. Estaba cursando la carrera de Ingeniería Informática y aún me encontraba en Estudios Generales. En esta etapa se podía conocer a alumnos de diferentes especialidades, algo que me agradaba bastante. De este modo, y durante la clase de filosofía, conocí a Javier, un joven de mi edad que le fascinaba leer sobre Kant, Hegel y otros filósofos contemporáneos.
Fue así como el profesor de turno hizo grupos de trabajo para elaborar una monografía sobre el positivismo. Por este motivo terminé conociendo la casa de Javier, que no se ubicaba lejos de la universidad y tenía el espacio suficiente para los cinco integrantes que conformaban nuestro grupo. Grata fue mi sorpresa cuando en la sala encontré un estante lleno de cajas con ilustraciones de lo más llamativas. Yo siempre había sido un fanático de todo lo relacionado con la Edad Media, así que al ver imágenes de dragones, magos, caballeros, y otras criaturas fantásticas envueltas en épicas batallas, quedé al instante cautivado.
Al preguntarle a Javier qué era todo eso, comenzó su larga explicación sobre los juegos de rol. Hasta ese momento era un mundo completamente desconocido para mí, pues lo más cercano que había experimentado eran los juegos de cartas coleccionables. Uno de ellos en especial, llamado “Magic: The Gathering”, años atrás había agotado mi dinero en búsqueda de crear la baraja perfecta. En otras palabras, tenía una clara predisposición hacia este tipo de actividades.
Javier percibió rápidamente mi creciente interés, así que semanas después me invitó a una reunión con sus amigos. Esta fue la primera velada de las que comenté al inicio, donde entre risas y comentarios sobre películas, cómics, historia e incluso filosofía, conocí a más personas que disfrutaban de esta clase de juegos.
Hoy en día tengo un poco más de treinta años y mantengo amistad con todos los antes mencionados. Cada mes intentamos reunirnos uno o dos fines de semana, con el único objetivo de lanzar dados y mover miniaturas que representan a héroes y monstruos en fantásticas aventuras. Con el pasar del tiempo nos hicimos más exigentes, y empezamos a crear nuestras propias historias y juegos. Sin lugar dudas, se trata de una experiencia que no cambiaría por nada.